sábado, 24 de febrero de 2018

Raw, una película francesa deliciosamente suculenta


Autor: Yohel Amat

Tengo que admitir que mis gustos cinematográficos no son muy convencionales. 
Siempre me ha gustado lo extraño, lo gótico, lo macabro, el cine B.

Ello ha causado que durante mi vida haya visto películas que me han dejado rascándome la cabeza por su argumento. Y una de ellas es Raw(Voraz), esta rareza de film, producción franco-belga, del cual había leído buenas críticas, a pesar de su temática: el despertar caníbal de una reprimida y vegetariana joven mujer.

El peso de la cinta cae casi todo sobre Garance Marillier, misma que ha sabido transmitirnos la evolución - ¿o involución? -  de una Justine que vemos al inicio frágil y confundida, para terminar convertida en una fiera irreconocible e incontrolable.


Todas las historias de personas que salieron del cine a mitad de película o de otras que terminaron con náuseas por las crudas - literalmente hablando - escenas que nos presenta la directora francesa Julia Ducournau, son ciertas: esta película no es para personas que se impresionan fácilmente.

La cinta logra transmitir su morbosa historia a la perfección, apoyada por unos efectos visuales impresionantes para una película de presupuesto limitado. Me atrevo a decir que son la envidia de sus similares en Hollywood, las cuales a pesar de contar con mayores recursos, palidecen ante esta rareza francesa.

No puedo dejar de mencionar la gran labor, y su sorprendente e inesperada relevancia en la historia, de la hermosa Ella Rumpf, con su personaje de hermana de Justine, Alexia, la cual pierde mucho, desde un inicio. Ya me comprenderán.


También tengo que decir que no quedé del todo satisfecho con la película, ya que sentí que cosas muy sutiles me impidieron disfrutarla del todo. Quizás sea el inesperado giro al final.

También puede ser que no me trago las teorías de que toda la película no es más que una metáfora del despertar sexual de una joven y reprimida mujer.

Odio los spoilers, así que sólo me resta decirles que la pueden ver en Netflix y que cuiden mucho con quién la ven. No vaya a ser que le arruinen la cena.

Quedan advertidos.

Puntaje: 6/10



martes, 29 de noviembre de 2016

¿Por qué Star Wars?




Por Yohel Amat


Mientras esperamos ansiosamente por "Rogue One: Una Historia de Star Wars", muchas veces me han preguntado el por qué soy tan fanático de Star Wars y de  todo lo que lleve su sello.

La única respuesta que se me puede ocurrir es que para mí esta legendaria saga es un gusto adquirido y a la vez un ancla con mis tiempos de juventud.

"Quizás muchos de ustedes no reparan en que la primera película de la saga, “Star Wars: A New Hope” - fue estrenada en 1977, ¡hace ya 39 años!". 

Todavía recuerdo cuando en ese año pasé por delante del cine Plaza en David, Chiriquí, y me detuve frente al cartel que anunciaba la película.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Serie recomendada: Channel Zero, terror del bueno




Por: Yohel Amat


"No sé qué estará pasando en el "SyFy Channel" pero sea lo que sea, deben seguir haciéndolo ya que atrás está quedando la imagen de ser un canal con series "gallas" o "runchas", hechas con presupuestos de diez centavos. ¡Qué va!"

Últimamente este canal está produciendo series que si bien no le van a quitar un Emmy a HBO o a otra de esas mastodónticas cadenas - agraciadas con el toque del Rey Midas para convertir en oro de buena calidad casi todas las series que produce -, si está por lo menos mejorando la calidad de su oferta.

Para ejemplo les menciono tres nombres: Van Helsing, Aftermath y de la que les quiero hablar; Channel Zero.

He escogido esta última porque Van Helsing es ridícula y Aftermath es una orgía de temas (apocalipsis, semi zombis, dragones, demonios, plantas carnívoras, etc.; ¿¡puedes creerlo!?).

Entonces, ¿qué tiene Channel Zero de especial y diferente?

En primer lugar, es una serie de terror puro con reminiscencias a “It” y a "Los Chicos del Maíz" de Stephen King, o sea que tiene altas dosis de drama; adultos atormentados por pesadillas vividas en la niñez; niños asesinos y de un temible y terrorífico antagonista: Jawbone.

Comencemos por lo bueno. La serie tiene una ambientación lóbrega y pesada, con la cual logra crearle a los protagonistas y al espectador un sentimiento de opresión y una sensación de que algo terrible va a pasar.

"La serie recurre a una forma confusa de narrar la historia ya que abundan los “flashbacks” y las pesadillas, con el problema de que a veces no sabemos que fue real o que fue un sueño".

También resiento que presentan muchos elementos sin dar una explicación clara de que es; cual es su objetivo y que tiene que ver con la historia.

Sin embargo, la antes mencionada atmósfera y unos protagonistas más que adecuados para la tarea, hacen que los defectos se vean disminuidos ante el festín que nos dan tanto a nuestra curiosidad como a nuestro ojos.

Y hablando de lo que vemos, allí es donde esta serie brilla. El corazón y eje del argumento es un programa de marionetas para niños que supuestamente solo lo pueden ver ellos, quedando afectados de forma maligna por el mismo.

Ver pedazos de esa “serie dentro de la serie" (“Candle Cove” se llama) es terrorífico, ya que las marionetas lucen inocentes pero a la vez son ominosas y todo su diálogo tiene un doble sentido que se puede interpretar como mensajes malignos para los niños. Y no de los que les mandan en Plaza Sésamo. Tienen que verlo para comprenderlo.

En la sección de monstruos hay varios, siendo el principal, la estrella de “Candle Cove”, Jawbone, un esqueleto pirata especializado en desollar. Además, hay un misterioso “niño dientes” que está cubierto, agárrense de la silla, ¡de dientes! Cientos de ellos, cuidado que miles.
Hay que verlo para entenderlo.

No les adelanto más, vean la serie y cuéntenme que les parece abajo en los comentarios. Y por favor: vigilen bien qué programas ven sus hijos. Ni por el diablo se les ocurra dejarlos ver “Candle Cove”.






jueves, 13 de octubre de 2016

"Metal haters", aquellos que asfixian el metal





Por: Yohel "Metal Head" Amat


Lo confieso: tengo 51 años y desde mis años de juventud, el rock ha sido mi tabla emocional de salvación. En especial el heavy metal y todos sus subgéneros.

Por ello puedo hablar con propiedad con respecto a los “metal haters”, ese ejército de puristas que se dedican a defender a toda costa, aún del género mismo que dicen defender, la pureza del metal y de los “buenos y viejos tiempos”.

"Ahora, no voy a pecar de hipócrita al decir que me gusta el rock de la actualidad. Mentiría si lo hiciera. Para mí, Iron Maiden hizo su último gran disco con “Seven Son of a Seventh Son”, ello no quiere decir que sea verdad para ustedes".

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mi reseña del libro "Cerati, La Biografía"



Por Yohel Amat

Lo primero que tengo que resaltar es que se trata de una obra muy bien documentada, hecha con amor y respeto hacia un personaje que, obviamente, el escritor venera y quiere con todo el amor de un fan.
Me sumo a ello.

El autor, escritor relacionado con la prestigiosa publicación “Rolling Stone”, nos detalla cada una de las etapas de la vida de Cerati, incluyendo su adolescencia y juventud, épocas fundamentales en la formación de una de las futuras figuras míticas del rock en español de los 80s y 90s.

sábado, 28 de marzo de 2015

Reseña de cine: La Mujer de Negro 2




El cine de terror está en crisis. Sus fans hemos sido expuestos a horrores jamás antes vistos y al gore más explícito, tanto así que se dice que ya nada nos asusta.

Y parece que es cierto.

Para alguien que ha visto toda la serie de películas de SAW o si ha sido expuesto al "torture porn" al mejor estilo de HOSTAL, ya no hay nada nuevo bajo el sol.

Ni tampoco en la oscuridad del cine.

Es por eso que creo que al momento en que reina el aburrimiento en este vapuleado género cinematográfico, lo mejor es volver a lo básico.

Y no hay nada más básico que el hacer una película en una mansión encantada.

En teoría no debería fallar.

Lo digo porque muchos piensan que es sencillo, pero está harto demostrado que hasta para asustar hay que estudiar. Hay que tener pasión y sobre todo un delicado sentido del suspenso, para saberlo transmitir de manera que el público esté en vilo durante toda la película, no solo por lo que ve sino, principalmente, por lo que no.

De eso se trata La Mujer de Negro 2: El Ángel de la Muerte, la continuación de su exitosa predecesora, en la cual el peso de la misma lo cargó el renombrado actor - conocido por su papel de Harry Potter para muchos - David Radcliffe.

Lo bueno: la ambientación, la actuación de Phoebe Fox, quién logra transmitir - en su papel de Eve - el dolor, angustia e impotencia de una valiente pero atormentada mujer, ante el peligro latente que hay sobre los niños que están a su cuidado.

Lo malo: la dirección de Tom Harper es más que eficiente sin llegar a destacar, ya que recurrió a algo que en lo personal, detesto: los sustos gratuitos.

Con esto me refiero a esas partes de las películas dónde en medio de una música o sonido ensordecedor, aparece algo diseñado explícitamente para asustarnos por lo súbito de su aparición.

Y si se recurre a dicho recurso demasiadas veces, terminarás incomodando al espectador y le darás a entender que no tenías otros medios para asustar.

La Mujer de Negro” es una historia que se presta para crear suspenso y terror de forma elegante y gradual, creando esa angustia que se logra al ser manipulados inconscientemente.

Lo anterior se logró eficientemente en la película anterior, pero en esta continuación, no.

¿Recomendaría esta película? Por supuesto que sí, ya que sus carencias y fallas palidecen ante esa atmósfera opresiva que se muestra en la cinta de manera magistral.

Además, una casa encantada llena de niños y de fantasmas es irresistible, en medio de tanta mediocridad y “más de lo mismo” en el actual cine de terror.

Y solo eso hace que valga la pena verla.

lunes, 12 de enero de 2015

Alcohol o no alcohol: he allí el dilema en Doctor Sueño de Stephen King

Tengo que confesarlo: soy fanático de la obra de Stephen King desde sus inicios.

Navegando en sus páginas he disfrutado de los mejores momentos literarios de mi juventud, y siempre recuerdo con cariño su mejor obra, en mi concepto: "IT".

Sin embargo, los años no perdonan a nadie y luego del aparatoso accidente que sufrió, y dónde casi pierde la vida, siento que su obra empezó a decaer hasta los niveles actuales.

Y lo digo con todo el respeto del mundo hacia uno de mis escritores favoritos y hacia sus más fanáticos seguidores, que en este momento querrán que me entierren en el "Cementerio de Animales" para pagar la blasfemia que he dicho arriba.

Sin embargo, a las pruebas me remito: acabo de leer "Doctor Sueño" y tengo que confesar que me obligué a mi mismo a terminarlo, ya que su inicio es insufrible.

Lo que más me indigestas es que se venda como la continuación de "El Resplandor", una obra cimera, llena de simbolismos y de horror, del de verdad.

Cuenta la leyenda que esa joya de la literatura de terror fue escrito en medio de los vapores alcohólicos de un Stephen King entregado a la bebida y a la droga, lo cual confirma que a veces esa combinación tóxica produce las más sublimes de las obras.

Y de ello dan fe infinidad de escritores, músicos, cantantes, etc.

Con ello no quiero decir que ahora el Stephen King sobrio que todos conocemos no me caiga bien: al contrario.

Él ahora es más feliz y disfruta de la vida. Pero para su obra, el ya no deambular por el sendero del horror alcohólico le ha quitado pulso, narrativa y veracidad.

Y eso es lógico: mal puedes describir el horror si ya no deambulas por el lado oscuro.

Volviendo al "Doctor Sueño", con un villano tan ridículo y caricaturesco como "El Nudo Verdadero", lo que mueve es a risa, invalidando todo el resto de la estructura del libro, la cual colapsa bajo el peso de un horror que nunca fue.

El horror fue mio al leerlo.

Ahora, no descarto que de repente el que haya cambiado sea yo y que los años hayan cambiado mi gusto literario.

Voy a dejar esa puerta abierta, solo en honor a Stephen King.

Solo porque es él.


Autor: Yohel Amat